
El desafío del retorno presencial
En los últimos años, muchas empresas se han enfrentado a un cambio estructural en su forma de operar: la consolidación del trabajo híbrido y el retorno progresivo a los espacios de oficina.
Pero este regreso no ha sido sencillo para todos. De acuerdo con el Office Space Report 2025 de Robin Powered, tres de cada cuatro empresas han incrementado su presencia en oficina en el último año, generando una nueva presión sobre entornos que no siempre estaban diseñados para albergar a equipos completos.

El impacto de una oficina con espacio insuficiente
Un espacio reducido no solo limita físicamente a las personas, también limita su potencial. La incomodidad diaria —falta de escritorios, salas de reunión ocupadas, áreas comunes congestionadas— puede parecer tolerable a corto plazo, pero sus efectos se acumulan: disminuye la concentración, entorpece el flujo de trabajo y genera fricción entre los equipos.

Además, el entorno físico impacta directamente en el estado emocional de los colaboradores. Cuando el espacio no está alineado con las necesidades reales del equipo, la moral puede verse afectada, y con ella, la motivación y la productividad.
En casos más críticos, esta desconexión entre espacio y operación puede incluso aumentar la rotación de personal, afectando la continuidad y cohesión de los equipos.

No se trata solo de más metros cuadrados, sino de un rediseño inteligente
La solución no siempre es crecer en superficie. Muchas veces, la respuesta está en rediseñar estratégicamente el espacio existente. Una intervención arquitectónica inteligente puede transformar una oficina congestionada en un ecosistema funcional: con zonas de trabajo colaborativo, áreas de concentración, espacios de descanso y una circulación fluida que refleje cómo realmente se trabaja en la empresa.

Diseñar para la operación real y no para un modelo genérico es clave. Se trata de leer las dinámicas internas, identificar cuellos de botella y traducirlos en soluciones espaciales efectivas. En otras palabras: no es una cuestión estética, sino una estrategia de negocio.

La remodelación como inversión: bienestar, productividad y permanencia
Invertir en el rediseño de la oficina es, en realidad, invertir en la salud organizacional. Un entorno que prioriza el bienestar físico y emocional de sus usuarios suele traducirse en mayor productividad y menor rotación, además de generar una cultura de confianza y pertenencia.

Una remodelación también es una oportunidad para alinear los valores de la empresa con su espacio físico. Cuando el entorno habla el mismo lenguaje que la organización, los equipos lo sienten. Y ese sentimiento, de coherencia, cuidado y propósito, se traduce en compromiso.

Una visión llave en mano
En OAX hemos acompañado a empresas líderes en la industria como Nestlé, Pepsico e ITM a transformar sus oficinas en Guatemala a través de procesos integrales de diseño, remodelación y construcción. Cada proyecto es una oportunidad para repensar el espacio como una herramienta estratégica.
